El origen de la fortuna de Doña Justa comenzó con la herencia inesperada tras el fallecimiento del hermano de su madre. Esta fortuna se vio acrecentada al involucrarse el padre y los hermanos varones de Doña Justa en la gestión de los negocios de su tío en Méjico. Además, su padre Melitón procedía de familia acomodada. Y al fallecimiento de los padres, Justa recibió su parte.
El patrimonio aumentó con la herencia de su tía Cesárea Martínez, marquesa de Romeral, hermana de su madre, que falleció viuda y sin descendencia. Doña Justa fue muy prudente en la administración de su fortuna y austera en sus gastos, lo que le llevó a acumular un patrimonio, que entre dinero en efectivo, efectos públicos, derechos y acciones, bienes muebles e inmuebles y alhajas, se valoró, tras su defunción, en más de un millón de pesetas. Como referencia, el salario medio en el Madrid en 1899 era de 2’50 pesetas al día.
Así, para llevar a cabo la última voluntad de Dª Justa Herreros y García, se constituyó el 3 de julio de 1907 la Fundación del Asilo de Santa Justa para ancianos y viudas pobres de la Ciudad de Logroño. El día de San Bernabé de 1913 era considerada como beneficencia particular. La institución encargó en 1914 a Fermín Álamo la construcción de una sede en la actual calle Marqués de Murrieta, frente al edificio de la Beneficiencia, hoy desaparecido. En 1916 se inaugura con la asistencia de las autoridades. El 20 de noviembre de 1916, cinco Hijas de la Caridad comenzaron la labor proyectada con 16 hombres, 16 mujeres y 3 viudas con hijos menores. En 1922 los restos de doña Justa se trasladan a la capilla del nuevo Asilo.
La Fundación Santa Justa es la residencia más antigua de Logroño, hogar ha sido hogar de generaciones de logroñeses y riojanos y es un testimonio vivo de la historia de esta ciudad y su región. Durante más de un siglo, esta Fundación ha proporcionado cuidado y apoyo a personas mayores, niños, viudas y aquellos en situación vulnerable. Más allá de preservar la memoria de Doña Justa, Santa Justa también honra a numerosos profesionales, voluntarios, familias, donantes y miembros del Patronato que dedican sus esfuerzos para cuidar a quienes nos cuidaron.