En Fundación Santa Justa buscamos una atención de calidad y calidez, integral y centrada en la persona. Buscamos que Santa Justa sea una prolongación de su hogar.
Es un modelo de atención residencial diseñado específicamente para personas mayores, que pone todo el esfuerzo en reconocer y potenciar la dignidad, el respeto y la individualidad de cada persona. Es una nueva forma de entender y trabajar con personas con necesidades de apoyo, para alcanzar mayor calidad de vida, integrando sus preferencias y valores en todas las áreas.
La atención centrada en la persona se planifica teniendo en cuenta la perspectiva de la propia persona, reconociéndola como un sujeto con derechos que toma sus propias decisiones (junto con su grupo de apoyo, si es necesario). Este enfoque promueve que la persona desempeñe un papel más activo, similar al de un cliente, en lugar de ser un mero receptor de servicios de cuidado. El objetivo es trabajar en su satisfacción vital, con una orientación hacia el respeto a la persona y su autodeterminación, fomentando su dignidad. Para lograr esto, es fundamental tener un conocimiento profundo de la historia de vida y de salud de la persona, considerando aspectos más amplios que los meramente sanitarios. La escucha activa y la comunicación son elementos centrales en este proceso.
La planificación se realiza de manera coordinada y participativa, involucrando a la persona en todas las etapas. Se discuten y negocian los puntos importantes hasta llegar a un consenso final. Además, se evalúa si los apoyos proporcionados son los adecuados y si se están cumpliendo los compromisos adquiridos. De ser necesario, se reprograma la atención para asegurarse de que las preferencias de la persona y los recursos comunes estén siempre en el centro de la atención. Y no tiene fin, ya que se va redefiniendo progresivamente.
En Santa Justa somos personas que cuidamos a otras personas y de lo que se trata de no solamente proporcionar esos cuidados que se merecen a nivel médico o a nivel físico, sino también escucharlos, estar con ellos, acompañarlos en los momentos duros, en los momentos felices, atender a su individualidad, saber qué quieren, qué no quieren, lo que les gusta, lo que no les gusta… y sobre todo cómo quieren ellos ser atendidos, porque al final queremos que cada residente tenga un cuidado como si estuviera en su propia casa.
Ofrecer el mejor cuidado posible, dentro de la atención integral y centrada en la persona, con calidad profesional y calidez humana es lo que nos define.